Tanto ingleses como franceses, españoles, italianos y hasta alemanes se disputan el origen de la esgrima moderna. En la zona germánica se constata la tratadística desde finales del siglo XIII con la obra anónima conocida como Royal Armouries Ms. I.33 a la que le siguen otros escritos que indican la existencia de una tradición fuertemente asentada cuyo máximo representante sería Johannes Liechtenauer.
En Italia el primer tratado conservado es obra de Fiore dei Liberi, del año 1409, aproximadamente, manuscrito conocido en español como Flor de Batallas (Flos Duellatorum in armis, sine armis, equester, pedestre). También Inglaterra conserva escritos como el Manuscrito Harley, conservado en el British Museum, datable en torno a 1430: un texto anónimo rimado, indicador de una incipiente escuela inglesa de esgrima de salón.
Por su parte, en Francia, la bibliografía se inicia apenas unos años después, a mediados del siglo XV, con Le Jeu de l'hache d'armes, asimismo anónimo.
Pero realmente se postula en España con la espada ropera, arma que forma parte del vestuario o indumento caballeresco. Estas pertenecen a una época en la que aún no existía el concepto de práctica recreativa de la esgrima. El uso de las armas modernas de esgrima surge a finales del renacimiento simultáneamente en toda Europa.
Comentarios
Publicar un comentario